DELICIOSO CARROT CAKE SIN GLUTEN

Forramos el fondo de un molde de 20 cm con papel de horno, cortamos el sobrante y untamos el fondo y las paredes con aceite. Si lo prefieres, también puedes utilizar mantequilla o un spray. Quitamos el exceso de aceite con un papel de cocina.

En el bol de la harina añadimos la levadura química o polvos de hornear, una pizca de sal, media cucharadita de postre de canela molida y una pizca de nuez moscada. Mezclamos todos los ingredientes secos y los reservamos.

Rallamos las zanahorias que ya tenemos peladas con un rallador que puede ser fino o grueso, como prefieras. Yo prefiero rallarlas con el fino. Y las reservamos también.

Y ahora ya podemos empezar a preparar lo que es la masa. En un bol ponemos tres huevos enteros y el azúcar y batimos con las varillas eléctricas hasta que blanqueen. Para hacer la carrot cake se suele utilizar el azúcar moreno por que le da este color oscuro tan característico y un sabor un poco más fuerte, pero si no tienes o no te gusta, puedes utilizar azúcar blanco.

Cuando ya tenemos una textura cremosa, añadimos el aceite y, cuando está integrado, añadimos la zanahoria rallada y seguimos batiendo para que se mezcle bien. Zanahorias pondremos, más o menos, 250 gramos que son dos grandes o tres más pequeñas. Ya tenemos la zanahoria bien mezclada y es el momento de introducir los secos, tamizándolos con un colador y en dos o tres tandas. Si no quieres que te salga la harina disparada como me ha pasado a mí, te aconsejo que, antes de poner en marcha la batidora, remuevas un poco con las varillas paradas.

Vamos recogiendo con la espátula la harina que se nos queda pegada al bol y la vamos integrando toda. En cuanto tenemos toda la harina mezclada ya podemos introducir la masa en el molde. La acomodamos con la espátula y dejamos caer el molde dos o tres veces sobre la mesada para que salgan las burbujas de aire que puedan quedar atrapadas en la masa. La ponemos a hornear con el horno precalentado a 160º , con calor arriba y abajo, durante 50 minutos aproximadamente.

Mientras se hornea la tarta vamos a preparar un frosting muy ligerito con sólo tres ingredientes: azúcar glass, queso crema y yogur natural. En un bol ponemos el queso crema y el azúcar glass y lo mezclamos con las varillas eléctricas. Y ahora vamos a ir añadiendo, poco a poco, cucharadas de yogur, hasta conseguir la textura que prefieras. Yo he acabado poniendo un yogur entero.

Cuando hayan pasado los 50 minutos y el palillo salga limpio, la tarta está lista. La sacamos del horno y, pasados 5 ó 10 minutos la desmoldamos y la dejamos enfriar encima de una rejilla. Ahora que la tarta ya está totalmente fría ya la podemos cubrir con el glaseado.