-
Tiempo Prep15
-
Tiempo cocción20
-
Comensales4
-
Ready In2 horas 45 min
En la Costa Brava, donde el mar se funde con la tierra, nacen los buñuelos de l’Empordà sin gluten, un postre tradicional que enamora paladares.
Se trata de pequeños bocados de masa esponjosa fritos en aceite caliente.
Cada bunyol es una explosión de sabor: la textura crujiente por fuera da paso a una suavidad irresistible en el interior, mientras que su sabor dulce te envuelve en un abrazo cálido. Un toque de azúcar glasé o canela espolvoreado por encima realza su sabor y les da un toque aún más especial.
Buñuelos de l’Empordà: dulces tentaciones de la Costa Brava
Los buñuelos de l’Empordà suelen tener un agujero en el centro, similar a los donuts, lo que les da su forma característica y ayuda a que se cocinen de manera uniforme.
Su elaboración, aunque sencilla, requiere maestría y cariño. La masa, a base de harina, huevos, leche, levadura y azúcar, se amasa con paciencia y cuidado, dando vida a una nube esponjosa que luego se fríe en aceite caliente. Cada bunyol se hincha como un globo dorado, listo para ser disfrutado solo o acompañado de un café o chocolate caliente.
Los bunyols de l’Empordà son más que un postre, son una tradición que se saborea en cada bocado. Un manjar que te invita a descubrir la magia de l’Empordà, un lugar donde el sabor y la belleza se unen en perfecta armonía.
Si te gustan estas frituras, te invito a seguir este enlace para probar otras ricas alternativas de buñuelos fritos o salados.
Bienvenidos, pues, a un viaje sensorial a la gastronomía catalana, un símbolo de la cultura ampurdanesa, en el norte de la provincia de Girona, que se ha transmitido de generación en generación. Y ahora mira cómo elaborar este rico postre también conocido como brunyols de l’Empordà.
Ingredientes
BUÑUELOS DE L'EMPORDÀ SIN GLUTEN
Pasos
Hoy preparamos buñuelos de l´Empordà. Súper suaves y esponjosos.
En un cazo echamos la leche y la pondremos a calentar junto con un trocito de ramita de canela y el anís en grano para que vaya infusionando. Cuando vemos que empieza a hervir apagamos el fuego y lo dejamos reposar.
En un bol con un colador tamizamos la harina sin gluten y le añadimos el azúcar, una pizca de sal, la levadura fresca desmenuzada y la mantequilla a temperatura ambiente y cortada a trocitos. Lo mezclamos todo con las varillas de amasar. Cuando está todo bien mezclado le añadimos la leche, aún tibia, pasada por un colador, para que no caiga la ramita de canela y el anís en grano, y seguimos batiendo.
Echamos el anís y la ralladura de la piel de medio limón y mezclamos de nuevo. Es el momento de incorporar el huevo. Y batimos, recogiendo con la espátula la harina que se nos queda pegada a las paredes del bol, durante 10 minutos. Ya tenemos una masa lisa y homogénea pero, como es muy pegajosa, la dejamos reposar 15 minutos tapada con un paño limpio.
Pasados estos 15 minutos de reposo nos untamos las manos con aceite y untamos también la mesada. Y ahora lo que vamos a hacer es pasar la masa a la mesada, untamos la pala para manejarla mejor, porque sigue siendo una masa pegajosa, le damos forma de bola y la dejaremos fermentar, con el mismo bol boca abajo, durante dos horas.
Después de 2 horas, mira como ha crecido la masa. Nos engrasamos de nuevo las manos y la pala de cortar y engrasamos también un trozo de papel de horno. Hacemos un churrito con la masa y cortamos unas porciones, más o menos iguales, y les damos forma redondeada. Las vamos poniendo encima del papel. No hace falta que tengan una forma perfecta. Con estas cantidades han salido 10 buñuelos.
Ponemos a calentar una sartén con mucho aceite y empezamos a freír los buñuelos cuando el aceite esté muy caliente. Para ello nos untamos el dedo con aceite, lo clavamos en el centro y, con mucho cuidado, ponemos el buñuelo en la sartén. Y repetimos la operación. Esperamos a que estén bien dorados para darles la vuelta con una espumadera y cuando están dorados por ambos lados los pasamos a un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
Cuando los tenemos todos fritos y antes de que enfríen , los podemos rociar con un poco de anís, esto es opcional, y rebozarlos con azúcar. El azúcar también podría ser una mezcla de azúcar y canela en polvo. Y otra manera de acabarlos sería espolvoreándolos con azúcar glass, esto ya al gusto de cada uno.
Conclusión
¡Y estos buñuelos ya están listos para hincarles el diente, bon profit!
También te puede gustar
Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.
BUÑUELOS DE L’EMPORDÀ SIN GLUTEN
Ingredientes
BUÑUELOS DE L'EMPORDÀ SIN GLUTEN
Siga las instrucciones
Hoy preparamos buñuelos de l´Empordà. Súper suaves y esponjosos.
En un cazo echamos la leche y la pondremos a calentar junto con un trocito de ramita de canela y el anís en grano para que vaya infusionando. Cuando vemos que empieza a hervir apagamos el fuego y lo dejamos reposar.
En un bol con un colador tamizamos la harina sin gluten y le añadimos el azúcar, una pizca de sal, la levadura fresca desmenuzada y la mantequilla a temperatura ambiente y cortada a trocitos. Lo mezclamos todo con las varillas de amasar. Cuando está todo bien mezclado le añadimos la leche, aún tibia, pasada por un colador, para que no caiga la ramita de canela y el anís en grano, y seguimos batiendo.
Echamos el anís y la ralladura de la piel de medio limón y mezclamos de nuevo. Es el momento de incorporar el huevo. Y batimos, recogiendo con la espátula la harina que se nos queda pegada a las paredes del bol, durante 10 minutos. Ya tenemos una masa lisa y homogénea pero, como es muy pegajosa, la dejamos reposar 15 minutos tapada con un paño limpio.
Pasados estos 15 minutos de reposo nos untamos las manos con aceite y untamos también la mesada. Y ahora lo que vamos a hacer es pasar la masa a la mesada, untamos la pala para manejarla mejor, porque sigue siendo una masa pegajosa, le damos forma de bola y la dejaremos fermentar, con el mismo bol boca abajo, durante dos horas.
Después de 2 horas, mira como ha crecido la masa. Nos engrasamos de nuevo las manos y la pala de cortar y engrasamos también un trozo de papel de horno. Hacemos un churrito con la masa y cortamos unas porciones, más o menos iguales, y les damos forma redondeada. Las vamos poniendo encima del papel. No hace falta que tengan una forma perfecta. Con estas cantidades han salido 10 buñuelos.
Ponemos a calentar una sartén con mucho aceite y empezamos a freír los buñuelos cuando el aceite esté muy caliente. Para ello nos untamos el dedo con aceite, lo clavamos en el centro y, con mucho cuidado, ponemos el buñuelo en la sartén. Y repetimos la operación. Esperamos a que estén bien dorados para darles la vuelta con una espumadera y cuando están dorados por ambos lados los pasamos a un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
Cuando los tenemos todos fritos y antes de que enfríen , los podemos rociar con un poco de anís, esto es opcional, y rebozarlos con azúcar. El azúcar también podría ser una mezcla de azúcar y canela en polvo. Y otra manera de acabarlos sería espolvoreándolos con azúcar glass, esto ya al gusto de cada uno.
Deja tu opinión